Leí que pronto se necesitará sólo dos horas para darle la vuelta al globo: ¡una hora de vuelo y una hora para llegar al aeropuerto! El tiempo de vuelo continúa reduciéndose, pero el tiempo para llegar al aeropuerto, y atravesarlo, eso no es probable que se reduzca.
Todos tenemos aspectos de la vida que parecen estar obstinadamente atascados, sin ganas de moverse. Tal vez sea un mal hábito, o un rencor y resentimiento contra alguien. Afortunadamente, Dios ha prometido que, con Él, el progreso es posible. Así que, en lugar de enojarse en el tráfico al dirigirse al aeropuerto, pídale a Dios paciencia y paz.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra las posibilidades de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.