En los años ochenta Richard Foster escribió el libro Dinero, sexo y poder. Claramente identificó tres grandes escollos en el camino a la madurez, felicidad y éxito humanos. No sé de algún versículo en la Biblia que combine estos tres asuntos, pero hay abundantes versículos bíblicos que advierten respecto a ellos por separado.
Lo interesante es que ni el dinero, ni el sexo, ni el poder son inherentemente malos. Por consiguiente, el mayor peligro es el corazón humano que escoge cómo usarlos, o abusar de ellos. Nuestra oración diaria debe ser que usemos el dinero, el sexo y el poder de la manera que honra a Dios.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra cómo honrar a Dios . . . en su Minuto en la Biblia.