Siendo embajador en Francia, Benjamín Franklin asistió a una cena en donde un erudito le hizo una pregunta penetrante: “¿Qué clase de hombre merece la mayor compasión?” Vale la pena considerar la respuesta. El hombre que más merece compasión, dijo Franklin, es “el hombre solitario que no sabe leer.”
Si eso es cierto, entonces a ningún cristiano se le debe compasión. Primero, Dios nos ha dado la iglesia cristiana, en la cual estamos rodeados de amigos que piensan de manera similar. También nos ha dado la Biblia; libro que recompensa generosamente cada vez que lo abrimos para leerlo.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra los amigos de Dios y el Libro de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.