Un gallo y sus gallinas escarbaban en el patio cuando una pelota de fútbol estadounidense cayó entres las aves. El gallo examinó detenidamente la pelota, y luego dijo: “No estoy quejándome, muchachas, ¡pero deberían echar un vistazo al trabajo que están haciendo en el gallinero de al lado!”
Comparar esas pelotas con huevos es mal negocio. De hecho, la mayoría de comparaciones por lo general lo son. Compararnos con otros puede llevar a la envidia, celos, desaliento y resentimiento contra Dios. Más bien, debemos procurar honrar a Dios al cumplir su plan para nuestra vida, y no la de algún otro.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la mejor obra de Dios en usted. . . en su Minuto en la Biblia.