En un cementerio no lejos de la ciudad de Nueva York hay una lápida nada común. En la lápida no hay ningún nombre, ni fecha de nacimiento o muerte, ni ninguna palabra de recuerdo. La lápida tiene grabada una sola palabra. La palabra es “PERDONADO.”

No sé por qué el individuo escogió no anotar su nombre ni fecha de nacimiento o muerte, pero con certeza puedo identificarme con ese epitafio de una palabra. Lo único que importa cuando se termina nuestra vida en la tierra es si hemos abrazado la dádiva del perdón de Dios que es por la fe en Jesucristo; dádiva disponible hoy.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el perdón de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.