Henry Ford contrató a un brillante ingeniero eléctrico para que diseñara los generadores eléctricos para su primera fábrica de automóviles. Cuando los generadores se apagaron un día, Ford llamó al ingeniero. Después de un par de horas los generadores funcionaban de nuevo y Ford recibió una cuenta por diez mil dólares. Cuando Ford cuestionó la cantidad exorbitante, el ingeniero respondió que la cuenta por la reparación era diez dólares, pero saber qué había que reparar costaba nueve mil novecientos noventa dólares. Ford pagó la cuenta.

Es difícil ponerle precio a la sabiduría. Felizmente, la Biblia nos dice en dónde empezar nuestra búsqueda de sabiduría, en Dios mismo.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la sabiduría de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.