En su juventud el boxeador Mohamed Ali una vez iba en un avión. La azafata le pidió que se abrochara el cinturón de seguridad, y él respondió: “Superman no necesita cinturón de seguridad.” Imitando su estilo gramatical, la azafata le respondió: “Superman tampoco necesita un avión.” Debo suponer que el boxeador se abrochó el cinturón de seguridad.

La mayoría ya no discute en cuanto a ajustarse el cinturón de seguridad, pero todavía hay muchos que piensan que no necesitan a Dios. Ninguno es inmune al “síndrome de Supermán”; pensando que somos indestructibles, que podemos encargarnos nosotros mismos de la vida.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra por qué necesitamos a Dios . . . en su Minuto en la Biblia.