Una universidad realizó un estudio para determinar qué es lo que hace que los cultivos en realidad crezcan en los terrenos. En el informe final, los investigadores calcularon que sólo el cinco por ciento del crecimiento se puede atribuir a esfuerzos del ser humano.

Puede que haya espacio para modificar algo las cifras, pero destacan una verdad revelada en toda la naturaleza: Dios es quien produce el crecimiento. Y eso es también cierto en el ámbito espiritual, como el apóstol Pablo escribió a los corintios. Cuando eliminamos las obstrucciones al crecimiento y añadimos los nutrientes apropiados, Dios hace que crezcamos y maduremos.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra cómo Dios produce el crecimiento espiritual . . . en su Minuto en la Biblia.