Un amigo de C. S. Lewis encontró divertido leer en una lápida: “Aquí está un ateo enterrado. Bien vestido y sin lugar a donde ir.” Lewis, sin embargo, no lo encontró divertido. Respondió aleccionadoramente diciendo: “Estoy seguro de que esa persona ahora quisiera que eso fuera verdad.”
Lewis estaba diciendo que los que piensan que no hay a dónde ir después de la muerte tendrán un rudo despertar. La Biblia dice que está establecido que el hombre muera una vez, y después de eso el juicio. El no creer en la vida eterna no cambia la realidad de que existe. La única pregunta es “¿Dónde?”
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la verdad de Dios sobre la eternidad . . . en su Minuto en la Biblia.