Hay una diferencia entre una empresa que es nuestra idea y la que es de Dios. Con nuestras ideas, el miedo al fracaso es una realidad constante puesto que no hay seguridad de éxito. Pero cuando el llamado es de Dios, y Él promete éxito, no hay por qué temer la posibilidad de fracaso.
Para cualquier persona que se sienta sola o luche con la ansiedad en tiempos de incertidumbre, encuentre consuelo en saber que es profundamente amado ...