Si la mayoría de las personas supieran que el cielo es una ciudad, quizás tuvieran dudas acerca de querer ir, pero solo hasta saber qué tipo de ciudad es. La descripción que Juan da del Nuevo Jerusalén demuestra un cielo tan puro, tan justo y tan glorioso que la palabra “ciudad” no alcanza para describirlo. Apocalipsis 21:1-22:5