Algunos pecados en la vida espiritual nos llegan de frente y a toda velocidad. El resentimiento no es así. Es sutil, acumulando fuerza e impulso con el paso del tiempo. Pero cuando agarra vuelo, puede tumbar aun al creyente maduro. El resentimiento es un pecado que se debe detener en el primer día. Pasajes seleccionados.
Por medio de tropezones, Abraham aprendió lo que significa creer en vez de dudar, el tener fe en vez de temor, y el tener éxito en lugar de fracaso....