John Rockefeller, en su momento fue el hombre más rico del mundo. Pero, ¿sabe lo que él valoraba más? Él dijo: “El don de gentes es un producto de necesidad básica que se puede comprar como azúcar o café. Yo pago más por esa capacidad que por cualquier otra debajo del cielo.”
Quería decir que pagaba mucho a consultantes y otros que podían enseñarle cómo tratar a las personas. Felizmente, podemos aprender las mismas lecciones valiosas simplemente leyendo el Nuevo Testamento. La frase “unos a otros” aparece como sesenta veces en las cartas de los apóstoles, en donde nos dan instrucciones sobre cómo tratar a otros.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el don de gente de Dios . . . en Su Minuto en la Biblia.