Una mujer se quejaba a su esposo por las ventanas sucias de su vecina. Un día notó que sus propias ventanas necesitaban limpieza, y se puso a limpiarlas. Esa noche le dijo a su esposo que la vecina había seguido su ejemplo y había lavado las ventanas. “¡Simplemente mira como relucen las ventanas de nuestra vecina!” dijo.
Por supuesto, la vecina no había limpiado las ventanas. Lo que hubo fue un cambio en perspectiva. Tan pronto como la primera mujer limpió sus ventanas, las de su vecina parecían mucho menos sucias. Jesús aconsejó que atendamos nuestras propias debilidades antes de criticar a otros.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la enseñanza de Dios sobre la crítica . . . en su Minuto en la Biblia.