A un hombre de negocios le preguntaron el secreto de su éxito, y él dijo que se podía resumir en tres palabras: “y todavía más.” Dijo que descubrió temprano que los triunfadores siempre hacían lo que se esperaba de ellos, eran considerados con otros, cumplían sus responsabilidades, y eran buenos amigos y ciudadanos; y todavía más. Iban más allá y por encima de lo que se esperaba. En otras palabras, vivían y trabajaban con excelencia.

Eso me recuerda que Pablo dijo que Dios, siempre hace “todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.” Dios nos bendice ricamente, y todavía más.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la excelencia de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.