Un hombre le dijo a su pastor: “Pastor, usted dijo que la Biblia dice que no debemos afanarnos. Pues bien, yo he estado afanándome por años, ¡y sé que resulta!”
“¿En serio?” preguntó el pastor. ¿Cómo sabe que eso resulta?”
“Porque,” se jactó el hombre, “¡todo aquello por lo que me preocupo nunca sucede!”
Mientras usted piensa en el razonamiento del hombre, permítame recordarle lo que la Biblia dice sobre la ansiedad. Si tenemos preocupaciones, escribió Pablo, debemos entregárselas a Dios en oración; y entonces disfrutar de la paz que viene de saber que Dios tiene el control de nuestras vidas.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la respuesta de Dios para la ansiedad . . . en su Minuto en la Biblia.