Por lo general, nos relacionamos con otros según nuestros intereses. Cuando las personas se reúnen, por lo general habrá un denominador común que atrae a los individuos al grupo. Dios les da a las personas un deseo innato de relacionarse con otras, y lo hacemos según nuestras aficiones e intereses.
El Nuevo Testamento habla del cuerpo de Cristo en términos similares, un organismo de almas de pensamiento similar que se aman e interesan unas por otras, y que disfrutan al relacionarse. Demasiado a menudo las personas buscan en el mundo lo que Dios propuso que se halle entre su pueblo.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra los planes de Dios para las relaciones personales . . . en su Minuto en la Biblia.