Edward Lawlor, ministro y líder nazareno observó lo siguiente sobre el amor de Dios: “Si el amor de Dios es para cualquier persona, en cualquier parte, es para toda persona, en todas partes.”

Si usted y yo hemos experimentado el amor de Dios en nuestra vida, entonces cualificamos como una de las “toda persona” a quienes Dios ama. Pero también quiere decir que no tenemos que seleccionar y escoger a quienes amamos. Por medio de nosotros, el amor de Dios es “para todos, en todas partes.” Piense en eso este día. Comparta el amor de Dios con “toda persona” que usted encuentra.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el amor de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.