Oí decir que hay dos clases de personas: Los que aportan gozo adondequiera que van, y los que producen alegría cuando se van. Es de esperar que todos querremos ser la primera clase de personas; alguien que es gozoso y reparte alegría dondequiera que va.

Pero, ¿cómo podemos hacer eso cuando la vida a veces es triste? Lo hacemos sobrenaturalmente. La Biblia dice que el gozo es parte del fruto del Espíritu, la manifestación de la vida divina de Cristo en nosotros. La única manera de ser gozosos es estar seguros de que Cristo vive en nosotros.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el gozo de Dios al conocer a Cristo . . . en su Minuto en la Biblia.