En el capítulo uno del Proverbios se personifica a la sabiduría, como si fuera una mujer, y habla a todos los que quieran escucharla. Advierte a sus oyentes que vendrá el día cuando, después de ser ignorada vez tras vez, no acudirá a rescatarlos cuando la conducta insensata de ellos resulte en calamidad.
Esto no es un comentario de la gracia de Dios o su amor infinito. Refleja un principio de cómo Dios gobierna el mundo: Dios nos permite que cosechemos lo que sembramos. El lado inverso de esa advertencia es que si sembramos sabiduría, cosecharemos bendiciones.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra las consecuencias de Dios, tanto positivas como negativas . . . en su Minuto en la Biblia.