He oído que se dice que para el iletrado la vejez es como el invierno, pero que para el sabio la vejez es la cosecha. Personalmente, nunca me he sentido más entusiasmado por la obra que Dios me ha dado. He pasado muchos años adquiriendo conocimiento, y, espero, algo de sabiduría. Finalmente me siento como que estoy cualificado para hacer una contribución.

Nadie debe resistir la vejez. Use su hoy para adquirir tanto conocimiento y sabiduría como pueda, y luego pídale a Dios que le dé un lugar en donde ponerlo en buen uso por todos sus años en la tierra.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el amor de Dios por los ancianos . . . en su Minuto en la Biblia.