Todo los Cristianos profesan querer el crecimiento espiritual—buscan ser conocidos como creyentes con “madurez” en Cristo. Pero no todos los cristianos están igual de listos para hacer lo que requiere esa meta. Un compromiso no tambaleante con la autoridad de las Escrituras—conocer y obedecer la Biblia—es la clave.
Por medio de tropezones, Abraham aprendió lo que significa creer en vez de dudar, el tener fe en vez de temor, y el tener éxito en lugar de fracaso....