Parece que todos están de acuerdo, especialmente los que compran los alimentos, de que el precio de la comida sigue subiendo. Pero hay un alimento que es esencial para la salud mental, y sin embargo sigue al mismo precio de siempre: Gratis. Ese es el alimento para el pensamiento. Somos libres de pensar lo que sea que queramos pensar.

El salmista, en el Antiguo Testamento, hablaba de meditar día y noche en la palabra de Dios, y el apóstol Pablo recomendó pensar en lo verdadero, puro, amable y virtuoso. Eso no sucede de manera natural; tenemos que perseguir esos pensamientos y llevarlos con nosotros.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el alimento de Dios para el pensamiento . . . en su Minuto en la Biblia.