¿Alguna vez ha examinado el filo de un cuchillo bajo el microscopio? Al ojo, el filo de un cuchillo parece perfectamente liso. Pero cuando se lo amplifica muchas veces, es asombroso ver cuántas imperfecciones hay en el filo cortante de la hoja. Sí, un cuchillo bien afilado corta bien, a pesar de sus imperfecciones, pero dista mucho de ser perfecto.

Lo mismo es verdad de nosotros. Por la apariencia externa, la mayoría de personas se ven “brillantes.” Pero en un examen más prolijo, nuestras imperfecciones son evidentes. Felizmente, Dios proveyó un Salvador perfecto en quien podemos estar intachables delante de Dios.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el Salvador perfecto de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.