Durante la guerra hispano estadounidense, el coronel Teodoro Roosevelt fue a ver a Clara Barton, dirigente de la Cruz Roja en Cuba, para comprar comida para sus soldados. Pero ella no quería venderle nada. Perplejo, más tarde él descubrió que todo lo que tenía que hacer era pedir las provisiones que necesitaba. No podía pagarlas, solo podía recibirlas gratis.

Así es exactamente la salvación. No podemos comprarla con dinero, ni poder, ni buenas obras. Sólo podemos recibir gratuitamente lo que Dios provee para los que piden por fe y la reciben. No podemos ofrecerle a Dios nada; sólo podemos recibir lo que él nos ofrece.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la salvación de Dios por gracia . . . en su Minuto en la Biblia.