Un novelista inglés observó que es mucho más fácil morir por la fe que vivir según sus normas. Todos los cristianos serios, incluyendo el apóstol Pedro, saben que esto es cierto. Pedro murió por su Salvador como mártir en Roma, pero sólo después de haber probado las amargas lágrimas de su propia infidelidad cuando negó conocer a Jesús

¡Cómo agradezco a Dios por el perdón! Todos los que no han vivido a la altura de su profesión de fe deben acudir a Dios pidiendo el perdón que promete a los que confiesan su pecado. Si ese es usted, pídale hoy su perdón.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el perdón de Dios . . . en Su Minuto de la Biblia.