Lamentar algo es parte de la vida, y no sólo para nosotros. Los tres discípulos más cercanos a Jesús, Pedro, Jacobo y Juan, también lamentaron algo. Una ocasión fue cuando Jesús les pidió, tres veces, que oraran por él en el huerto del Getsemaní. Y cada vez, los halló durmiendo en lugar de estar orando. Me imagino que lamentaron esa noche para siempre.

Pero en lugar de regañarlos, Jesús dijo algo muy instructivo. Les dijo: “Levántense, vamos.” En otras palabras, lo que está hecho, está hecho. No vivimos en el pasado. Recibimos el perdón de Dios y seguimos a Cristo al futuro.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la solución de Dios a los pesares . . . en su Minuto en la Biblia.