En general, una persona puede vivir cuarenta días sin comida, cuatro días sin agua, y cuatro minutos sin oxígeno. Esto ilustra una verdad importante: podemos vivir largo tiempo sin algunas cosas que son vitales para nuestra supervivencia, pero es difícil sobrevivir sin esperanza.

Los médicos continúan hallando que la esperanza es una parte esencial del proceso de curación. Los pacientes que conservan la esperanza tienen una posibilidad mucho mejor de recuperarse. Cuando el pueblo de Israel estuvo cautivo en Babilonia, Dios les dijo que sus planes para ellos incluían “un futuro y una esperanza.” Muchos creyeron a Dios, ¡y reconstruyeron Jerusalén!

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra las razones de Dios para tener esperanza y vida . . . en su Minuto en la Biblia.