Alguien ha dicho que hay por lo menos dos clases de personas a las que uno nunca quisiera oírles decir: “¡Ay, no!” Uno es su neurocirujano, y el otro es el piloto de su avión. Pero incluso ellos no son perfectos, ¿verdad? Uno de los retos más grandes de la vida es avenirnos a los errores que cometemos.

Las equivocaciones no son pecado. Son, sin embargo, evidencia de una creación que espera que Dios la redima para empezar una existencia perfecta, eterna. Por ahora, Dios puede usar nuestros errores para enseñarnos humildad, y para recordarnos que necesitamos ver esta vida como él la ve.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra cómo Dios usa nuestros errores . . . en su Minuto en la Biblia.