En el 2011, un conductor perdió el control y su coche fue a chocar contra otro vehículo que venía en sentido contrario. En ese otro vehículo murió el conductor, y su esposa sufrió una severa lesión cerebral. Cuando el caso finalmente se resolvió, se vio que la mujer cuyo esposo había muerto en el accidente abrazaba al que causó el accidente. Le aseguro de su perdón, y le dijo que no le guardaba rencor.

El episodio hizo noticia internacional porque el perdón es muy raro. Pero no tiene que serlo. Solamente se necesita el poder del amor incondicional y perdón como el de Cristo.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el amor incondicional de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.